Ese día vamos a abrir la puerta de par en par, no sólo por un instante sino por varias horas. ¡Qué digo horas, días! La vamos a dejar así hasta cuando durmamos porque todos estaremos tan felices de poder estar afuera que ni los ladrones van a querer entrar a ningún lado ni siquiera por 5 minutos.
Vamos a salir descalzos a caminar en el pasto, a saltar a correr, a lo que quieras sin importar que haga frío. Porque ya no importa tanto. Caminaremos por largo rato, por el centro de las calles sin carros porque todos estaremos tan cansados de estar sentados que subirnos a un carro será una verdadera cuestión de fuerza mayor.
La gente en las calles se estará abrazando y felicitando como si hubiésemos ganado el campeonato de todos los deportes universales al mismo tiempo. Nos felicitaremos porque lo logramos, unidos cada uno en su espacio separado; jamás habíamos estado más unidos por algo, estando tan aislados.
Los superhéroes dejarán de ser esos que volaban y tenían visión láser. Estarán a nuestro alcance y seremos tan afortunados que seguirán salvando vidas en su día a día. Ahora más valiosos que el mismo oro, serán tratados como verdaderos héroes del mundo y jamás relegados a trabajar con las migajas que antes les entregaban los encargados de las guerras.
Ese día nos cansaremos de probar diferentes sabores de helado, de que se nos derrita en las manos. Comenzará a llover y nos pondremos los zapatos solo para poder saltar mejor en los charcos, llenarnos de barro con risa y sentir que estamos vivos, que más que nunca queremos seguir viviendo.
Nos botaremos boca arriba a descubrir figuras en las nubes. Ahora hay muchas más ya que no pasan tantos aviones como en el pasado. Hemos decidido quedarnos más quietos, más centrados, más en el aquí y el ahora. Cerraremos los ojos para sentir el viento y el olor a flores, a hojas, a tierra. Respiraremos un aire que parecerá de estreno, porque hacía tiempo que no lo sentíamos en todo el cuerpo.
Ese día, más que mi vida celebraré la tuya, porque la mía ya estaba vivida pero la tuya… esa tenía todo el derecho de ser vivida en plenitud por los años que sean tuyos, al aire libre.
Alejandra Ruíz Gómez Abril 1 2020 Bogotá, Colombia